La hidratación es clave para un correcto funcionamiento del organismo, pero, ¿es tan relevante en la conducción? Efectivamente. No hay que olvidar que el cerebro se compone de un 85% de agua.
Además, cuando estamos al volante, realizamos un gran esfuerzo mental, por lo que consumimos una gran cantidad de energía. Por estos motivos, cualquier síntoma de deshidratación nos puede afectar notablemente, siendo más lentos en las respuestas, notando fallos en la memoria o reduciendo nuestros niveles de atención.
Una buena hidratación mejora la seguridad al volante, ya que nos ayuda a estar alerta, tanto a nivel físico como mental, reducir la fatiga y, por supuesto, mantener nuestra concentración en la carretera. En definitiva, el agua proporciona bienestar y un buen rendimiento en todas las situaciones, y, como era de esperar, también cuando conducimos. ¿Cuáles son los principales síntomas de deshidratación? La falta de hidratación en la conducción provoca desde mareos y fatiga, hasta dolor de cabeza y somnolencia. Todo esto se traduce en un aumento de las probabilidades de sufrir cualquier tipo de accidente ya que se reduce nuestra capacidad física y cognitiva, incrementando el tiempo de reacción ante un imprevisto.
Los síntomas de la deshidratación son:
- Boca seca
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Fatiga
- Confusión
- Somnolencia
Consejos para mantener una correcta hidratación en la conducción
Antes de subirnos y comenzar el viaje, es recomendable beber, al menos, 100 ml de agua. Esto nos ayudará a estar perfectamente hidratados y nos permitirá tener una correcta capacidad de reacción, atención y concentración en la carretera.
Por supuesto, también es clave llevar una botella de agua mineral natural en el vehículo. De esta manera podemos beber agua durante todo el trayecto. En concreto, se recomienda ingerirla a pequeños sorbos (sobre 50 centilitros) cada 20 o 30 minutos y, por supuesto, no esperar a tener sed ya que la sed es una señal de que nos falta agua.
Otras recomendaciones para viajar seguros
- Dormir entre 7 y 8 horas el día antes del trayecto
- Revisar el estado general del vehículo (presión de los neumáticos, colocación del equipaje…)
- Circular por vías en buen estado
- Evitar comidas copiosas, ya que pueden generar somnolencia, hacernos sentir incómodos y, por tanto, reducir la seguridad al volante.
- Evitar distracciones como, por ejemplo, usar el teléfono móvil mientras conducimos o programar el GPS.
- Llevar el cinturón de seguridad y, por supuesto, respetar todas las normas de tráfico.
- Preparar la ruta y conocer no solo el tiempo que llevará, sino también las condiciones meteorológicas en las que se va a circular.
En esta época que ya hace calor, te recomendamos siempre andar con una botella y para tener agua siempre helada llena una botella 1/3 de agua y déjala en el congelador durante la noche. Los bloques grandes de hielo se derriten con mayor dificultad a diferencia de llenarla con muchos cubitos. Cuando salgas solo debes rellenarla con agua y tendrás agua fresca por muchas horas.